Un devastador terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter, el de mayor magnitud vivido en Japón desde que hay registros, ha sacudido la costa noreste del país provocando cientos de muertos y desaparecidos. El Gobierno nipón, a través de su portavoz Yukio Edano, ha advertido de un número "extremadamente alto" de víctimas y ha pedido a la población que esté preparada para nuevas réplicas de gran intensidad. Según el último recuento policial, hay al menos 151 fallecidos, pero se espera que la cifra crezca en la próximas horas ante el gran número de personas desaparecidas. La agencia Kyodo ha asegurado que se teme que el número de muertos supere el millar. Además, hay riesgo de fuga radiactiva en una central nuclear, por lo que se ha decretado el estado de emergencia de energía nuclear. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha llamado al primer ministro japonés, Naoto Kan, y le ha ofrecido asistencia estadounidense para las labores de rescate y reconstrucción. Los países de la Unión Europea también han ofrecido su ayuda.
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